Jóvenes y Señoritas:Ustedes son el rostro y el corazón joven de Cristo: su alegría, su fuerza, su entusiasmo, su energía, su amor, su generosidad, y servicio son signos claros de la vida nueva. Hagamos posible con el ímpetu de nuestra juventud una Iglesia misionera que lleve el alimento del Evangelio a todos los hombres y mujeres.
Jóvenes, ustedes son el pulso y el latido de una Iglesia que da vida con el anuncio del Evangelio, por su testimonio y por la vida nueva de Cristo en nosotros, para hacer visible el Reino de Dios en el mundo. Equipo Diocesano de Pastoral Juvenil Diócesis de Tenancingo |