Por: Ivett Noely Hernández Moreno. Parroquia de Santiago Apóstol, Tonatico - Grupo Juvenil San Juan Pablo II. Existe un canto que siempre he dicho que es mi vida resumida. Mi vida no ha sido fácil, pero ¿la de quien sí? La vida es muy difícil, problemas por aquí, problemas por acá, la familia, los amigos, la escuela, el trabajo, problemas y más problemas, pero ¿qué pasa si te digo que existe alguien que te ayuda con ellos? Yo sé que la respuesta que vino a tu mente fue Jesús y sí, Jesús te ayuda en todos los aspectos de tu vida. Mi mamá siempre nos obligó a ir a misa. Cuando era niña me levantaba muy temprano y a mí no me gustaba levantarme temprano los domingos. Fui creciendo y me obligaba ir a encuentros. Cuando comencé a tomar mis propias decisiones deje de asistir a la iglesia, pero paso algo que me hizo “regresar” pero era lo mismo, iba por rutina a misa cada ocho días, eso sí: a los encuentros y eventos ya no, según yo estaba “traumada” esa era mi excusa. Una persona muy especial me hizo una invitación a un retiro y ¿qué creen? Le dije que NO, pasó un tiempo y otra vez me volvió a invitar. Para no hacérselas larga me dijo como cincuenta veces (bueno no tanto) pero si como unas diez. Hasta entonces le dije que sí, para que “me dejara de molestar”. Que les digo, ¡Fue una de las experiencias más hermosas de toda mi vida! En tres días Jesús me habló, en verdad me habló. Pude sentir su amor, en ese momento tomó y yo tomé su mano. Comencé a entender muchas cosas, a pensar antes de hacer o decir algo porque una palabra puede destruir a una persona. Ahora ir los domingos a misa son un deleite, si supieran el milagro que pasa ahí, todos quisieran estar presente y participar. Como dice el canto con el que me identifico: ahora tengo ansias de amar, vivir y perdonar. Esta última palabra es una de las más difíciles, porque no solo es una palabra, es un sentimiento que puede traerte mucha paz, pero también mucha tristeza y puede convertirse en un tormento. Perdonar a las personas que te hicieron daño es lo más difícil, lo sé, no es de la noche a la mañana, es un proceso largo, pero si permites que Jesús te ayude créeme que lo vas a lograr. Vas a poder ver a esa persona en la calle sin sentir coraje u odio. Vas a poder tener tranquilidad y paz, pero más que eso vas a poder experimentar un amor tan puro como nunca antes no lo has sentido. Date esa oportunidad, ahora que tienes tiempo, comienza a hablar con Él, por las mañanas cuando te despiertas, en las noches al finalizar tu día, a la hora que tú quieras, dile cómo te sientes, que te duele, que te pone feliz. Porque recuerda que la vida es difícil, PERO SI TOMAS LA MANO DE JESÚS YA NO ESTARÁS SOLO JAMÁS. A continuación te dejo la letra de la canción, quizá también te ayude a volver al camino del Señor. Un día caminaba
Muy triste por ahí Mi corazón gritaba Ya no quiero vivir. Sintiendo mil tristezas Oí hablar de ti Jesús Decían que me amabas Que habías muerto por mí en la cruz. Llore en ese momento Al recordar el tiempo Ese tiempo que perdí sin saber de ti. Y aquí está mi vida y mi voz Para cantar, para alabarte Señor Y aquí están mis ansias de amar Y de vivir y de perdonar.
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